Creo haber dicho ya que
Sabadell es un pueblo agradable. Tranquilo, amable, de gran mayoría socialista
(pueblo “rojo”, con algunas pintas Opus Dei, pero rojo al fin) solidario,
abierto.
Creo haber dicho también –
si no en este blog, en mis conversaciones cotidianas- que el único elemento que
pareciera lacerarnos la salud mental en Sabadell, es el sonido martirizante del
campanario que da la hora cada quince minutos (sí, cada quince) y que se erige
frente al ayuntamiento, cerca del cual yo vivo, amenazado permanentemente por
la idea interna de colarme en la iglesia para desactivar la compleja ingeniería
de ese reloj o bien para subirme a lo alto del campanario a serruchar el
badajo.
Hasta hace unos días,
hubiera asegurado que, de no ser por la campana loca, este pueblo es de lo más
normal. Pero es que aún no conocía las “meditaciones”, realizadas por un grupo
de gente que tiene tres mil campanitas de todos colores sonando a destiempo…
adentro de su cabeza.
Paso a explicarme
mejor: cuando puedo, suelo tomar clases de yoga, del tai chí y aikido;
disciplinas que no sólo contemplan el cuerpo del hombre sino también el estudio
de las filosofías orientales. Sucede que a la salida de una de estas clases,
uno de mis compañeros me comentó que en Sabadell hacían todos los viernes
“meditaciones” gratuitas. Casi seguro de que la meditación se hacía en un
centro de yoga que hay por la zona y, entusiasmado por no tener que pagar,
acepté la invitación.
Y acá empieza el relato.
Prepárense amigos para oír esta experiencia que perfectamente podría ser una
escena de un moderno “Amanece que no es poco”, aunque sin la inteligencia del
guión de José Luis Cuerda, eso está claro. Prepárense para revivir una
situación ininteligible. Prepárense para ingresar al mundo de la “meditación”.
¿Están listos?
Muy bien.
Enumeraré los movimientos
que hice, para que les resulte menos traumático.
1. El viernes previo a
Navidad, quedo en encontrarme con mi compañero de tai-chí en la puerta del
lugar. Para sorpresa mía, no era el centro de yoga, sino un “Centro
psicológico”…
2. Entramos. El hombre que
nos recibe nos pide que hablemos bajo. Veo gente sentada en el suelo esperando
a otra gente que está en una sala. Toda gente que se conoce entre sí, toda
gente de blanco. Impresión de estar entre medio de los integrantes de una
secta. Fenómeno sociológico en puerta, me quedo, para averiguar.
3. Entro a otra sala, muy
pequeñita, para descalzarme (se medita en calcetines) e ingreso a la sala de la
“meditación” Colchonetas verdes en el suelo. Un par de figuras de elefantes
colgando de un pequeño armario, una lámpara de papel, un equipo de música.
Almohadones, también verdes.
4. Mi compañero de tai chí se queda a mi lado y me comenta
que la meditación la hará la propia psicóloga. Ella se sienta sobre un
almohadón, no saluda, nos invita a ponernos cómodos y a cerrar los ojos. Me
recuesto sobre la goma verde. Quizás, me digo, el ejercicio no esté mal. Me relajo.
5. Pero ahora sí, llegamos a
la médula surrealista de este relato. Mal comienzo: con música clásica de fondo
la mujer empieza a hablar de un hombre que se encuentra en el cielo con
dios y le preguntaba por qué los hombres no son felices…(pienso en Freud
y en su opinión sobre las religiones) y el texto sigue, blabla, texto de
autoayuda barato (y católico); me imagino que lo ha bajado de Google un par de
horas antes. Ay amigos, y esto es sólo el principio. Con la misma música ( me
muero de ganas por confirmar si es Tchaikovski lo que suena, pero tengo que
amordazarme la lengua para no preguntar) con los mismos violines, nos dice que
“imaginemos que tenemos bajo nuestras manos dos frascos con semillas, y que
llevamos esas semillas a nuestro corazón y blabla, y que debemos amar a todos
los hombres del mundo (pienso en Hitler y en todos los psicópatas vivos que nos
rodean) y blabla y que con estas semillas no habrá más hambre en el mundo!!! (¡no
habrá más hambre en el mundo cuando las multinacionales dejen de reventar a los
países más pobres!) Estoy por levantarme y pienso en mi compañero, en el buen
gesto de querer compartir conmigo un momento especial, para él. Me contengo y
permanezco tendido un poco más.
¡Ay!
Lo que sigue a
continuación avergüenza.
La mujer esta, nos dice:
“ahora os pido que prestéis mucha atención a la letra de esta canción” ¿Y qué
pone? ¡¡¿Qué pone?!!
¡¡¡¡¡¡ Un mundo ideal
!!!!!!!! con la voz de Ricardo Montaner!!!!!!!
Me agarro la cabeza;
disimulo la risa; me quiero ir otra vez, por supuesto que ya llevo los
ojos abiertos desde hace rato y precisamente por eso no me voy, porque… ¿qué
veo? ¡que la psicóloga se pone de pie para llevar pañuelos descartables a la
gente que está llorando, emocionada por la letra de esta canción! (????) ¡Si
esta gente viera a los niños de América Latina, desharrapados en pleno invierno
y pidiendo limosna ¿qué haría? ¿se suicidaría?! Me tapo la cara para que no
descubran que me estoy riendo, - no es mi intención lastimar a nadie – y decido
quedarme hasta el final. ¿Cuánto más raro podría ser esto?
¡Mucho más raro!
Desde el suelo observo que
todos, más de veinte personas, siguen con sus ojos cerrados, sonrientes,
como si estuvieran en un trance espiritual o bien con las lágrimas
corriéndoles por la cara. No lo puedo creer.
Pero atención, que viene la
tercera intervención “meditativa” de la “psicóloga”. Cambio de música: ahora
suenan ¿villancicos navideños? ¡Sí, eso es! Villancicos navideños de fondo para
oír ahora frases de Mahatma Ghandi (frases que la mujer pronuncia en catalán)
Otra vez, el recurso Google, supongo.
Entonces, cuando parece que
mi tiempo ha sido completamente perdido, veo que la mujer se levanta y empieza
a repartir algo. “Cerrad los ojos, dice, hasta que yo os avise” Bueno, al menos
me llevaré un regalo, pienso. Entrada gratis, un regalo, es negocio. Obedezco
y vuelvo a cerrar los ojos. Siento que depositan un objeto al costado de mi
brazo.
Cuidado, cuidado que ahora viene la explosión.
Psicóloga dice: abrimos los ojos. ¿Qué nos habían repartido a todos! Oh sí,
unas panderetas! Nos enderezamos, se encienden las luces de golpe y ¿cómo sigue
este happening? ¡Música de Feliz Navidad! ¡Los más de veinte individuos agitan sus panderetas! (prestadas) ¡Todos se abrazan en ronda,
levantando piernas a lo can-can! Me cogen por la cintura pero me quedo tieso,
esgrimo dolor de rodilla y me salgo. ¡Ahora el fum-fum-fum (villancico catalán
tradicional, para quien no lo conozca) en versión electrónica! ¡Destapan
champagne!¡Brindis y la psic abraza a uno por uno! ¡Música cada vez más fuerte!
¡Niños bebiendo también! (no es lo peor para los niños, lo peor para ellos es
que estuvieron presentes en la “meditación”)…
??????????????????????????
Me fui lo más rápido que
pude. Shockeado por tanta chaladura junta, me empecé a hacer preguntas: ¿era
esta gente con dinero tapando su vacío existencial? ¿tratando de depurar su
conciencia? (porque la “meditación” del viernes no tenía costo, mas esta gente
pagaba por el resto de las clases semanales…) ¿se daba cuenta esta gente de la
ingenuidad y la superficialidad de esta pretendida “meditación”? ¿qué clase de
meditación era esta tan parecida a un “encuentro catequístico” de adolescentes?
¿cómo era posible que más de veinte personas se sintieran cómodas en una cosa
(no puedo ponerle otro nombre) tan falta de coherencia? ¿nadie se daba cuenta
de que en ningún ejercicio de relajación se podía saltar del recogimiento a la
euforia tan abruptamente? ¿cómo era posible que se hubiera desarrollado en esas
almas, una sensibilidad tan kitsch capaz de mezclar un fum fum dance con un
montaner precediendo a un Ghandi??!!! ¿Esta gente era una muestra del común de
la gente? Digo ¿a mí solamente me pareció raro todo esto? ¿O a cualquiera le
hubiera parecido raro?
Y por último, ya yendo
a lo estrictamente comercial ¿qué propósito de marketing tenían estas reuniones
gratuitas? Porque en mi caso ¡hicieron un contra-marketing total!
En cualquier caso, pensé que
no deberían invitar a cualquier extraño a sus meditaciones gratuitas, porque,
al igual que yo, después, podrían terminar escribiendo artículos como estos.
Doblé por la Rambla
y a que no saben qué: el campanario Sant Felix, hizo sonar diez campanadas
implacables.
hola yo keria preguntat k como es la agencia de modelos maxim models ?? k tengo cita con ellos.
ResponderEliminaryo veo en google modelos sin experiencia urgenta y k te pagan 18.00 o 24.00 por ahi eso es verdad.
una pregunta mas yo kiero ganar dinero siendo modelo y k agencias son buenas o com puedo llegar a serlo.UN SALUDO esta pagine es muy entretenida